Dios sabe cuando
te encuentras herido
Es fácil llegar
al final de un libro, muy fácil solo leerlo, lo difícil es entender cada
palabra, frase, capítulo, entender el mensaje que deja; independientemente de
que edad tengamos, todos nos hemos hecho preguntas a cerca de la vida y de lo
que nos pasa y no me cabe la menor duda de que seguiremos haciéndonos muchas
mas, el mensaje que deja éste libro, mas que permanecer firmes con Dios es como
enfrentar distintas situaciones tomados de la mano de Él, el libro y el autor
no nos ayudará a salvar un negocio en quiebra, no va a resolver los problemas
que tengas con tu pareja, pero si logramos entender el contenido del libro, nos
ayudará a cambiar nuestra vida y la forma en como la vemos y la encaramos.
Creemos que Dios
no nos escucha o simplemente no nos quiere responder, eso no quiere decir que
Él sea malo, ni tampoco que no exista, el hecho de que no responda o no nos
hable es por la forma en como vivimos, Él sabe perfectamente como nosotros nos
sentimos, lo malo es que nosotros no nos damos cuenta que Él está deseando que
le hagamos un nudo a nuestra soga y retomar nuestra relación con Él, en los post
anteriores escribí de lo que puede suceder con las sogas rotas y las personas
que son incapaces de ver la realidad, también de como retomar nuestra relación
con Dios, pero llegué al final del libro y lo único que puedo decir es que no
hay cosa mas grata que saber que somos escuchados y que pase lo que pase en
nuestra vida, Él estará esperando a que nosotros hagamos nuestro nudo, Dios es
un Dios soberano que permite sogas rotas a causa de su amor, la inquietud que
tengamos de si Dios sabe la aflicción por la que está pasando su pueblo, es la
misma inquietud a si el Padre sabía o se preocupa de la aflicción y el
sufrimiento que estaba pasando Jesús en la cruz, la única manera de llegar a la
madurez es atravesando tormentas, no olvidemos que el ingrediente del cual
están hechas las fortalezas es de las luchas, Dios también sabe eso, no
olvidemos que el lugar de las sogas rotas no se puede disimular, hay esperanza
del cielo.
“Por lo cual Dios
no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad”
HEBREOS 11:16
Bonito análisis.
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